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DISCURSO CENTRAL POR IX ANIVERSARIO

OFRECIDO POR EL ING. VÍCTOR LEÓN ÁLVAREZ
LUNES 30/01/2017

CALIDAD Y DESARROLLO HUMANO
La pérdida de valores morales, la desconfianza que golpea cada vez más fuerte, hace que la credibilidad este con la llanta baja y nos hace sentir que estamos viviendo en una sociedad que ha perdido a sus Instituciones y a sus líderes y con ellos sus ideales de libertad, igualdad, fraternidad, y justicia entre otros
¿Qué hacer? como diría Octavio Paz, el hombre es el único olmo que da peras y mientras haya voluntad de reconocer errores y el espíritu de emprender la reconstrucción de ideales, estaremos hablando de los nuevos hombres; de aquellos que elevan su espíritu en busca de la trascendencia;
Aquellos que miden el trabajo hecho, aplastan todo nudo o protuberancia, suavizan y preparan su piedra bruta, con nueva actitud y nuevas ilusiones, con ideales fortalecidos; capaces de transformar nuestro mal carácter en una bella obra de arte que busca elevar nuestro espíritu y volver a su fuente.
Entonces volver a la fuente será mirar adentro. Conocer la verdad. Ir hacia la Luz. Entonces atrás quedará la oscuridad del desengaño y del descontento; servirá para sepultar los viejos hábitos, las malas artes, para olear y sacramentar el cinismo de los oportunistas, la mezquindad de los egoístas, la ambición de los que gustan vivir del poder. La luz se hará y el hombre develado encontrará el camino hacia su centro
Volver a la fuente en un mundo vacío de ilusiones, es pulir sus asperezas de carácter, de conducta y de educación para llegar a ser un individuo útil a la colectividad Es más que mirar hacia adentro, es volver sobre sí mismo y hacerse verbo como ideal, ver la luz como punto supremo de inspiración, de alcanzar amar y dar hasta que duela. 
La cultura en su dimensión universal busca que el destino del hombre sea hacerse o crearse así mismo. Él es y será el hijo de sus obras. Nuestra evolución dinámica será la evolución del mundo. De ahí que volver a la fuente es darnos cuenta del sentido de nuestra existencia, de elevar nuestro espíritu al amor, fortalecerlo en la entrega sincera, hacerlo trascendente e instrumento de redención para los que menos tienen en esta compleja humanidad.
Volver a la fuente es restaurar las virtudes pérdidas, es reaccionar contra el derrotismo y la fatalidad, es buscar mediante la libertad de actuar, una vida mejor con un elevado nivel de conciencia. volver a la fuente es desarrollar teorías desfasadas, levantar nuevas banderas, cada vez más factibles, más realizable en la práctica concreta de nuestros actos.
En estos tiempos difíciles no cabe él calculo pragmático, ni el agazapa miento de los oportunistas, en estos tiempos de aparente desilusión queda entregar con más fuerza nuestro amor al hermano, ser firmes en nuestros ideales, ser leales en esta hora de dura prueba al mundo profano que espera encontrar al hombre en quien creer y con quien contar.
No habrá ningún tipo de desarrollo si se agranda el flujo fatal de la indiferencia, no cedamos al desaliento que siempre producen las tareas imperfectas y a la posible falta de comprensión de algunos, por lo que no nos refugiaremos en la rutina o la inactividad y no buscaremos ningún justificativo para incumplir nuestros deberes.
Por eso volver a la fuente, es más que buscar una ilusión, es más que inflarle la llanta a la credibilidad; es volver los ojos al gran hacedor que nos dio el don maravilloso de ser únicos. Es más que conocer una palabra; es interpretar en ellos el significado de sus enunciados y hacerlos verdad en nosotros mismos, para que puedan ser transmitidos a todo hombre de bien. Es como decir, entregar una sonrisa en estos tiempos que el mundo está triste.
No olvidemos que necesitamos creer para ser, ser como el globo que sube no por la forma o el color que tenga, sino por lo que lleva dentro.
Nadie es perfectamente dueño de sí mismo, nuestros problemas personales siempre acaban por reflejarse negativamente en nuestra relación interpersonal, es la victoria del sistema sobre el hombre. El hombre de hoy cree no saber ya porque existir, desconoce a su semejante. Solo conoce al enemigo que amenaza arrancarle de las manos el pan que le sustenta.
Eso es la humanidad de hoy; un rebaño masificado de individuos angustiados y doblemente preocupados por prolongar su vida un día más. Urge la reforma, muchas cosas tendrán que acontecer para que el hombre pueda volver a ser leal, honesto, confiado, alegre, sincero y solidario con su hermano.
Cuanto de calidad deber ser el hombre para retomar valores y principios que sigan siendo la base espiritual de todo ser humano que se respeta y que lo hace perdurable en el tiempo por la calidad de persona y por el ejemplo que encarna. Y es que la calidad humana no tiene tiempo ni espacio, es la inherencia de los grandes hombres, más que por sus recursos; por su espíritu. No reconoce sexo ni edad, es la actitud de estar bien siempre y ser bueno donde se encuentre.
Por eso se dice que la calidad humana es una filosofía de vida que se sustenta en hacer las cosas bien. Es nuestra vocación de servicio manteniendo vigorosa nuestra actitud positiva y triunfadora. Es nuestra capacidad de reconocer el éxito de los demás, es nuestro desarrollo personal como valor intrínseco.
Para nosotros toda evolución debe girar en torno al desarrollo y evolución del ser humano y este es el gran objetivo de ACUDE. Ella fue creada para la autorrealización del hombre y debemos estar preocupados por alcanzar niveles de excelencia.
Esto nos exige siempre, más de lo que podemos dar, nos obliga a desarrollar capacidades y nos estimula incesantemente a la superación. De allí que grandes empresas y proyectos se han mantenido por la calidad humana de sus miembros y han perdurado en razón al respeto de valores Morales, éticos y a la entrega que el hombre de bien ha puesto de manifiesto aun con la propia vida como cuestión testimonial de calidad por sus principios, y lealtad en las convicciones.
Esos hombres, esos pocos hombres verdaderamente libres, esos que de veras aman, que duermen tranquilos, esos que rezan y colaboran; son los hombres protagonistas y no espectadores en los tiempos de cambios. Es con esos hombres, entonces, que debemos pensar que la sociedad que vamos a dejar a nuestros hijos es la que estamos construyendo hoy.
Con esos hombres buscaremos elevar el espíritu de nuestras generaciones venideras, predicando, proclamando, protestando, rogando por construir una sociedad más justa donde ya no haya miseria en los hogares, donde los hijos no tengan que prostituirse para tener un pan que comer o un libro que estudiar. Donde no haya más niños que vean morir sus sueños en la indiferencia de los que más tienen. Que nuestros hijos de hoy, no hereden un país mísero de pan y de valores.
Qué clase de ciudadanos, de obreros, de maestros, de profesionales, de artesanos. Qué clase de hombres serán algún día esos niños escuálidos que crecieron con té en vez de leche y mitigaron su hambre con sopa sin sustancia...son millones los bebes y niños del país, que no comen lo indispensable, que no digieren las proteínas mínimas que un organismo en crecimiento requiere para desarrollarse.
Un niño sin proteínas hoy, es un adulto inválido mental y físicamente con un cuerpo y un cerebro subdesarrollado; nuestro país será, entonces, un país de ciudadanos de segunda clase, de obreros cansados, de soldados sin temple, de profesionales mediocres…"
Hoy, que muchas cosas están sucediendo en el mundo de las instituciones y de la sociedad misma; hoy que la mediocridad es la celestina del poder, hoy que escuchamos de asaltos y secuestros o leemos sobre robos y peculados de gobernantes, políticos, empresarios y militares; que podemos esperar si todos gozan de impunidad.
Por eso cuando ya no hay jueces probos, que justicia esperar. Cuando no hay verdaderos maestros, que podemos enseñar cuando no hay líderes de quienes aprender, que sociedad vamos a construir; pareciera que destrozaron nuestro mundo y no se pudiera vivir aquí. Cómo es que debemos aprovechar lo mejor posible, lo que se nos revela, iluminando nuestro corazón y nuestra razón, abriendo nuestra mente y elevando nuestro espíritu. Dirijamos nuestras pasiones hacia el bien general y combatamos nuestros prejuicios; vigilemos nuestros pensamientos y obras y vivamos con fe, esperanza y amor.


JOSÉ TORRES VERA, PRESIDE NUEVO CONSEJO DIRECTIVO


En emotiva y muy concurrida ceremonia asumió el nuevo Consejo Directivo, presidido por José Torres Vera, para regir los destinos de la institución del 2016 al 2018.
El acto tuvo lugar el pasado 29 de enero, en el auditorio del casino Municipal con la asistencia de personalidades del quehacer cultural, político y social. 
En su discurso de orden el flamante presidente indicó que la cultura es inductora de desarrollo y cohesión social para el avance sostenido de los pueblos.
Pues, tal como sostiene la Unesco en su informe mundial: “Un desarrollo disociado de su contexto humano y cultural es un crecimiento sin alma”.

Torres destacó que la Asociación Cultura y Desarrollo de La Libertad se ha propuesto desde su fundación promover cultura con enfoque humano buscando que se incluya en todas las políticas de educación, ciencias, comunicación, salud, medio ambiente y turismo. 
Con tal propósito, en esta gestión se propone impulsar un Programa de Cultura Popular con talleres de formación, edición de libros, producción audiovisual y bibliotecas comunitarias que rescaten valores y tradiciones.